La UNT inicia una transformación académica histórica con la implementación del nuevo sistema de créditos universitarios

La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) puso en marcha un proceso de reforma académica que redefinirá la estructura y organización de sus carreras de grado. El trabajo comenzó luego del acuerdo alcanzado por los rectores en el Consejo de Universidades para avanzar en la implementación del Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (Sacau), que entrará en vigencia plena en 2027 y exige a las instituciones presentar sus propuestas antes de fines de 2026.

El Sacau, aprobado en 2023, introduce un cambio profundo en el modo de medir la formación universitaria: deja atrás el esquema centrado exclusivamente en horas de clase y lo reemplaza por un modelo que contabiliza el tiempo total de dedicación del estudiante. Cada crédito representará entre 25 y 30 horas de trabajo, incluyendo actividades presenciales o virtuales y tareas autónomas como lecturas, resolución de guías y preparación para exámenes, un sistema similar al utilizado en Europa.

Según explicó el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, las carreras deberán estructurarse entre dos y cuatro años, con un mínimo de 60 créditos anuales. De este modo, una carrera de cuatro años podría requerir 240 créditos, y una asignatura de seis créditos implicaría entre 150 y 180 horas de trabajo total. A medida que los estudiantes aprueban materias, acumulan créditos hasta completar los necesarios para obtener el título.

En la UNT, la secretaria académica Carolina Abdala confirmó que la institución atraviesa una etapa preliminar, centrada en recopilar datos, abrir el debate en cada facultad y comenzar a medir el tiempo real de dedicación que sus carreras demandan. Algunas unidades académicas ya trabajan en estimaciones de carga presencial y extracurricular, mientras que otras avanzan en cálculos iniciales siguiendo el cronograma nacional. El rendimiento estudiantil se convirtió en un insumo clave para orientar la discusión.

Una de las preocupaciones más recurrentes es el equilibrio entre las cargas académicas de las materias. Abdala advirtió que existen asignaturas con pocas horas presenciales pero con una exigencia autónoma muy elevada, y otras con cargas mínimas que generan desfasajes en la trayectoria formativa. El objetivo es corregir estas inconsistencias para que la organización del plan de estudios responda a criterios pedagógicos y no a la capacidad del estudiante de sostener cargas excesivas.

Aunque el proyecto no generó una resistencia masiva, persisten dudas entre algunos docentes, especialmente ante la idea de que la reforma implique acortar carreras o reducir horas. Abdala negó estas interpretaciones y sostuvo que el Sacau no obliga a comprimir trayectorias a cuatro años. Afirmó además que acelerar carreras sin modificar su carga real agravaría los problemas existentes, y que si bien el proceso podría derivar en la actualización de planes de estudio antiguos, no constituye una exigencia formal.

Entre los estudiantes predomina la información parcial, aunque la UNT prevé realizar reuniones específicas en 2025 con los centros estudiantiles. Durante un taller con docentes de la Universidad de Buenos Aires, alumnos tucumanos manifestaron dificultades habituales: materias que demandan más tiempo del estipulado en los planes o contenidos que exigen meses de estudio autónomo sin criterios claros de evaluación.

El 2026 será un año decisivo para la UNT, no sólo por el trabajo técnico que implica la implementación del Sacau, sino también por su propio calendario electoral interno. Aun así, la Secretaría Académica aspira a que todas las carreras concluyan el próximo año con propuestas listas para enviar a la Dirección Nacional de Gestión Universitaria, como exige la normativa.

Conocé en detalle la resolución publicada por el Gobierno en el Boletín Oficial aquí.