Un tucumano formó parte de una misión histórica de la Armada Argentina

Hernán González, un furriel entre los hielos antárticos, llevó la bandera de Ranchillos hasta la Base Orcadas.

Actualidad24/10/2025Redacción SLCRedacción SLC
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Durante la invernada 2024, el Suboficial Segundo Hernán González, oriundo de Ranchillos, Tucumán, formó parte de una misión histórica de la Armada Argentina al integrar el grupo de tres furrieles que realizaron tareas en distintas bases antárticas permanentes. Su destino fue la Base Antártica Conjunta Orcadas, ubicada en la Isla Laurie, donde representó a su provincia y a su especialidad en uno de los entornos más desafiantes del planeta.

El furriel, encargado de tareas administrativas dentro de la Armada, cumple funciones esenciales en la gestión del personal, las finanzas y el control de suministros. En el caso de González, su labor fue mucho más allá de la oficina: en el aislamiento de la Antártida asumió diversas responsabilidades que lo llevaron a desempeñarse como administrador de la estafeta de Correo Argentino, encargado de Relaciones Públicas y responsable del registro diario de las actividades en la base.

“Estar cerca del Polo Sur hace que uno se aparte de la zona de confort, debiendo asumir otras tareas que no están relacionadas con la especialidad”, contó el suboficial tucumano, quien destacó la importancia de la adaptación y el trabajo en equipo para sobrellevar las exigencias de la invernada. 

Con el paso de los meses, regresó a sus funciones administrativas en “el detall”, su oficina habitual, y por las tardes se ocupó de la clasificación y correcta estiba de los residuos, cumpliendo además el rol de encargado de medioambiente en la base.

El tucumano integró junto a sus colegas Darío Toranzos, destinado en la base Belgrano II, y Alejandro Cardozo, en la base San Martín, un grupo pionero dentro del escalafón de furrieles de la Armada, que por primera vez realizó una invernada completa en distintas bases antárticas permanentes.  

“Representar la puerta de ingreso de los furrieles a la Antártida y tener la posibilidad de invernar significó romper con una barrera de algo que no se venía haciendo. Nos llena de orgullo y felicidad”, afirmó González, quien llevó el nombre de Tucumán hasta los confines del continente blanco.  

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