“La longevidad comienza desde el momento en que se busca ser padres”, asegura la Dra. Florencia Leinado

La especialista sostuvo que la llamada medicina de longevidad no es una práctica dirigida únicamente a personas mayores, sino que involucra a todas las etapas de la vida.

Actualidad28/11/2025Redacción SLCRedacción SLC
Florencia Leinado

La Dra. Florencia Leinado, médica de Familia y especialista en Longevidad y Deportología, aseguró que el actual exceso de información en redes sociales está generando confusión en la población y desorientando a quienes buscan mejorar su salud. “Hoy hay demasiada información en las redes y la gente se marea y no sabe qué hacer”, afirmó durante una conversación en el marco de la VIII Jornada Académica del Sanatorio 9 de Julio. 

Leinado sostuvo que la llamada medicina de longevidad no es una práctica dirigida únicamente a personas mayores, sino que involucra a todas las etapas de la vida. “No es que cuando uno habla de medicina de longevidad estás pensando en pacientes de más de sesenta. Es absolutamente para todos: madres, chicos, grandes, no importa la edad”, señaló. 

Incluso sostuvo que el proceso comienza antes del nacimiento. “La longevidad comienza desde el momento en que una mamá quiere quedar embarazada… Hay que trabajar sobre el óvulo y sobre el espermatozoide”, declaró.

La especialista advierte que el envejecimiento no se corresponde con la edad cronológica, sino con el estado energético del cuerpo. “Más que preguntarse cuántos años tenemos, es qué edad tiene nuestra energía, y la falta de energía es lo que determina el envejecimiento”, enfatizó. 

Para Leinado, uno de los problemas centrales es que la medicina preventiva suele confundirse con simples controles. “El famoso control de salud no es de prevención. Cuando se hace una campaña de prevención de cáncer de mama, no es prevención, es detección temprana”, precisó.

En su análisis, la médica remarcó que gran parte de los malos resultados en salud provienen de la desconexión entre el entorno moderno y la biología humana. “Vivimos en ambientes más artificiales donde nuestra genética no está preparada”, advirtió. 

Entre los factores que considera críticos menciona los edulcorantes, los alimentos ultraprocesados, la escasa exposición al sol y la nula interacción con la tierra. “Cosas simples como ver el amanecer, ver el atardecer o estar descalzos un momento del día hacen una diferencia abismal”, dijo, y apuntó que hoy estas variables pueden medirse de manera objetiva.

jornada sanatorio 9 de julio

Rol de la Inteligencia Artificial

La doctora también destacó el rol creciente de la inteligencia artificial como herramienta de apoyo clínico. “La inteligencia artificial es una herramienta enorme. No creo que vaya a reemplazar la medicina, pero un médico que no la use sí se va a quedar afuera del sistema”, afirmó. 

Asimismo, relacionó su uso con el auge del “trackeo” mediante dispositivos inteligentes, que permiten monitorear parámetros como la variabilidad de la frecuencia cardíaca o la glucosa en tiempo real, lo que, según explicó, mejora tanto la adherencia como la comprensión del propio estado de salud.

No obstante, Leinado advirtió sobre los riesgos de aplicar tendencias de salud sin personalización, especialmente en el ámbito de la longevidad. “El ayuno puede mejorar terriblemente el perfil metabólico en algunas personas, pero en otras genera fatiga adrenal, destruye la tiroides o provoca amenorrea. El ayuno es el mismo, pero cada cuerpo responde diferente”, sostuvo. 

Según explicó, muchas prácticas ancestrales como el ayuno o la hormesis se realizaban en condiciones ambientales muy distintas a las actuales. “Estamos pensados para ayunar en una caverna, al sol, en la tierra, mirando el amanecer, no con WiFi y 5G adentro de una oficina estresados”, precisó.

Entre los factores determinantes para la salud, la especialista resaltó la importancia de la conexión social. “La soledad afecta muchísimo a la longevidad. La tribu es fundamental”, afirmó, y señaló el papel de la oxitocina como “la hormona del abrazo”, cuya presencia cotidiana influye en el bienestar y la expectativa de vida.

Finalmente, Leinado cuestionó el sentido de los avances en expectativa de vida si no se traducen en años saludables. “Podemos decir que vivimos diez años más que en 1970, pero hoy los últimos diecisiete años de vida de un paciente suelen transcurrir deteriorados. Si ganamos diez años para estar diecisiete hechos pelota, no se ganó nada”, remarcó. 

Bajo esa premisa, insistió en que la verdadera longevidad no es vivir más tiempo, sino vivir mejor, y concluyó: “La pregunta no es cuántos años tiene la gente, sino qué edad tiene la energía de cada uno. Eso es lo que determina la longevidad”.

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