Rubén Egea advierte sobre el futuro de las universidades: “El esquema actual es insuficiente y debemos transformarnos”

El decano de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Rubén Egea, trazó un diagnóstico crítico sobre el presente y el futuro de la universidad pública durante una entrevista con Sin Letra Chica. En su análisis, subrayó la necesidad urgente de una transformación estructural, la redefinición del rol pedagógico y la búsqueda de nuevas estrategias ante la desfinanciación del Estado nacional.

Egea señaló que la educación superior atraviesa “un cambio de paradigma”, impulsado por un estudiantado que ya no solo busca títulos, sino “habilidades y competencias concretas que les permitan insertarse en el mercado laboral”. En ese marco, destacó el crecimiento del modelo de diplomaturas, capacitaciones de cuatro a seis meses que “cumplen ese rol de perfeccionamiento”, aunque advirtió que este formato por sí solo “no permite lograr el normal funcionamiento de la universidad”.

En este proceso de transformación, la inteligencia artificial aparece como un eje central. “Más que el futuro, es el presente. La educación debe readecuar sus métodos de enseñanza porque el tradicional esquema docente-estudiante quedó atrás. Los chicos vienen con iniciativa, con propuestas. Ese rol estático del docente que imparte y del alumno que recibe cambió”, sostuvo.

Ante este escenario, Egea reconoció que la UTN tiene “el desafío de actualizarse”, entendiendo que la tecnología “es una herramienta que no se puede negar” y que la clave es profundizar su uso pedagógico. En esa línea, informó que la institución realizó recientemente una inversión superior a los $100 millones en equipamiento informático y de laboratorio, áreas que además de sostener prácticas educativas brindan servicios esenciales para la comunidad académica.

“Uno de los aportes más valiosos de la universidad es la formación en pensamiento crítico y la capacidad de aprender a aprender, dos competencias fundamentales en un contexto donde todo es tan dinámico y la tecnología aceleró los cambios. Estas herramientas permiten a los estudiantes generar soluciones innovadoras ante problemáticas reales”, precisó.

Sin embargo, el panorama económico condiciona cualquier intento de modernización. “Más del 90% del presupuesto anual se destina al pago de salarios docentes y no docentes. El 10% restante debe abastecer todas las demás actividades, desde el funcionamiento cotidiano hasta becas”, detalló. 

A esto se suma una “pérdida de poder adquisitivo cercana al 100% en el último año” para el personal, lo que deja a las universidades frente a un escenario de seria insuficiencia financiera.

Egea admitió que la situación difícilmente mejore en el corto plazo y llamó a evitar “el esquema de paro sistemático”, que a su entender “no ayuda a visibilizar la problemática”, y apostó por un rol “proactivo” que involucre la búsqueda de “socios estratégicos en el sector privado”.

El decano también subrayó la importancia de que la universidad mantenga su compromiso con la inclusión, a la que definió como “una herramienta igualadora de posibilidades”. Instó a las instituciones a salir “de la zona de confort” y enfrentar con decisión “las necesidades reales de la gente”.

Finalmente, se refirió al histórico desafío de las carreras de ingeniería: la baja tasa de egreso. “El promedio es de 10 años de cursada cuando la duración real es de cinco. Y solo uno de cada diez estudiantes logra graduarse”, precisó. Aunque reconoció una leve mejora en los indicadores recientes, insistió en que es un tema que exige atención prioritaria.